La cuarta «P», que será la primera

Construyendo PPPA lo largo de esta persistente crisis económica, y ante la sequía generalizada de contratación de proyectos públicos de envergadura, ha sido frecuente oír hablar del Partenariado Público Privado (Public Private Partnership, PPP) como fórmula a la que podría recurrirse para viabilizar proyectos necesarios pero carentes de posibilidades de financiación desde la Administración Pública.

Los humanos somos, esencialmente, creativos. Por ello, en la práctica, sucede con los grandes conceptos que diferentes actores hacen interpretaciones muy distintas, según su propia creatividad. Y el PPP no es una excepción. Así, no es raro encontrar políticos y gestores públicos que piensan, totalmente convencidos, que PPP quiere decir, sin más, que el privado aporta la financiación y ellos inauguran la obra. También se dan empresarios que creen, con igual convencimiento, que PPP significa que ellos tienen la iniciativa y la Administración Pública (o directamente el contribuyente), corre con el 100% del riesgo.

El convencimiento total con el que ambos grupos defienden sus tesis es de tal magnitud, que con sólo cerrar un instante los ojos, se nos ilumina la mente con un sinnúmero de ejemplos de las dos situaciones. Y la prueba definitiva de la solidez de ese convencimiento (junto con la evidente capacidad de influencia de unos y otros) está en que en muchos de esos ejemplos no estamos hablando precisamente del chocolate del loro, sino de cifras cien o mil millonarias… Leer más de esta entrada